marzo 16, 2009

Una causa noble (con rizos definidos)

Más allá de mi ausencia prolongada que algún día explicaré debidamente (Cristina no para de llamarme y no acaba de entender que la experta en bonsais no soy yo, sos vos) quiero llegar hasta ustedes desde este espacio comunitario y poliglota para abusar una vez más de su buena voluntad, de su don de gentes y de su hermana, si la hubiera o hubiese.

Ocurre que con la gente de la Asociación por los Derechos de los Kartings de Oklahoma, entidad con muchos fines de lucro y muy pocas concreciones, principalmente porque la distancia Oklahoma - Carapachay les impone unos problemas notables, estamos juntando firmas para lograr la canonización en vida de Melissa Ingalls, una de las afamadas hijas de la afamada Familia Ingalls, las de la pequela casa en la verde pradera.

Todo ocurrió una tarde de verano en la que Obdulio Esperanto, tesorero de la organización antesdicha y florista retirado por un accidente con una petunia que lo jubilo por incapacidad parcial (en juicio aún con la ART Segurflor S. A. C. I. F.), se cayó en el cuartel general con las catorce temporadas de los Ingalls en dvd y, no conforme con eso, decidió exhibirlas. Los resultados fueron varios. Si, claro que hubo suicidios, no podía ser para menos. También hubo tres afiliados que ataron sábanas y cortinas y se tiraron desde el primer piso, más tarde fueron capturados y están prontos a recuperar la libertad. En siete personas se verificaron síntomas parecidos a la esquizofrenia, pero el doctor Simposio E. Fortunato nos calmó diciendo que sólo era sobredosis de jabón en polvo, ya que al parecer los mencionados se encerraron en el baño e intentaron quitarse la vida inyectándose Drive (con verdes enzolves, eso sí) pero no lo lograron, del todo. Y finalmente lo importante, los que lejos de estas reacciones de estupefacción, pleniluio y sosegada injuria ante lo que cualquier verdulero medianamente esclarecido no dudaría en indentificar como el paraíso de la dicha en bicicleta, aceptamos de buen grado que Melissa Ingalls no puede menos que ingresar al panteón de los santos, beatos, abates y centro forwards de renombrada trayectoria. Demás está decir que su trayectoria sobradamante la acredita como merecedora de tal cucarda teológica, pero hete aquí que el Vaticano nos pide que demostremos que la buena de Melissa se haya mandado algún que otro milagro. Para no aburrirlos transcribiendo todo la conversación epistolar que mantuvimos con el cardenal H. Calandria en pos de demostrar nuestro punto (pero que no tiene desperdicio, les garanto, sobre todo aquella parte en la que Carlos Del Presire, miembro destacado de los Kartings, se entreveró intentando definir que los rulos rubios de la Meli ya de por sí son motivo de celestial beatitud y angelical santidad, más allá incluso de la crema de enjuague que use, a lo cual el cardenal replicó que no se puede comparar un tratamiento con rizos definidos con uno humectante con alantoína y derivados de la soja y bueno, para qué seguir) diré simplemente que se nos niega la merecida canonización a menos que se demuestren un par de milagros.

DIGAMÉ SI NO ES UNA SANTA LA MELI

Entonces he aquí que recurrimos a ustedes. Antiguos televidentes de la familia praderosa, Meli y su halo los necesitan. Estaremos este fin de semana, aprovechando los carnavales, con una imagen gigante de la Meli de cuatro metros en una carroza alegórica llena de fardos de pasto y con voluntarios de la Asociación juntando firmas para que el Vaticano termine de aceptar de una vez que la existencia del choripán no es una consecuencia de la naturaleza y la vida silvestre sino un verdadero milagro de nuestra amada Melissa, ya que su afición por el chorizo está debidamente probada y documentada en numerosos casos.

De paso usar este medio para decirles a los de la escindida corriente "El Chimichurri No Vino Después" que desconocemos totalmente sus actos de vandalismo y sus provocaciones al escrachar al cardenal Loprete por no querer atenderlos y hacer lugar a sus reclamos. Muchachos, se los digo yo, lo del choripan está bien, pero lo del chimichurri ya se pasa. Tampoco jodamos porque una excomunión está carísima hoy en día.

Así es que los esperamos a todos este fin de semana en Irurtya y Benedito Irygoyen, junto a la carroza alegórica de la Meli. Traiga su firma y apoyenos. Será justicia.